1) Cuidado con los acentos en los versos: Esto es algo de lo que mucha gente no se da cuenta (yo me enteré hace poco), y que, sin embargo, está presente en muchos poemas de autores conocidos: además de la rima y el número de sílabas de cada verso, también se puede (deberíamos) hacer que los acentos de los versos de un poema / estrofa coincidan. Pongo un ejemplo escribiendo las tildes aunque no haya que ponerlas:
Bien
Hóla, ¿qué tál estás? Bién Lugar de los acentos: 1ª sílaba, 3ª sílaba, 4 s., 6ª s., 7ª s.
Hóy és él número cién Lugar de los acentos: 1ª sílaba, 2ª sílaba, 3ª s., 4ª s., 7ª s.
Fijaos en los números. Se repiten casi todos. Eso es lo que hay que conseguir. Por supuesto, no tienen que coincidir todos, con que coincidan tres (incluyendo el final que siempre se repite) basta. El lugar de los acentos lo podéis elegir a vuestro gusto (hay esquemas de acentos que son ''literariamente correctos'': esos los podéis buscar en internet fácilmente escribiendo ''acentos de los versos''). Pero repito: poner acentos no es obligatorio. Y si los ponéis, tampoco tienen por qué ser ''literariamente correctos''.
2) Hay un tipo de rima que no tiene rima: la rima blanca. La solución a los problemas de muchos poetas y poetisas consiste en que hay un tipo de rima llamado rima blanca, que consiste en que los versos no rimen (aunque puede que ''accidentalmente'' sí).
3) Si un verso termina en palabra aguda se le añade una sílaba, y si termina en una palabra esdrújula se le resta una. A esto me refería con lo de que siempre se repiten los acentos al final de los versos:
Hay un plátano 5-1 = 4 sílabas: acento en la tercera sílaba
Hay mil pies 3+1= 4 sílabas: acento en la tercera sílaba.
Y una casa 4: acento en la tercera sílaba
